El tema de la música en la iglesia continúa siendo uno de los más populares en la blogósfera religiosa; parece que todo el mundo y su primo tienen una opinión.
Recientemente, en el blog de Jess In The Near North, leí esto acerca de la alabanza y la adoración:
“Mucha de la música en las iglesias se ha vuelto irreverente. Es ruidosa, caótica, sensual, cargada de emociones y centrada en uno mismo en vez de Dios. La gente busca una experiencia de adoración que los haga sentir bien. La adoración no tiene nada que ver con sentirse bien, en realidad se trata, exclusivamente, de la exaltación al Señor. Me sienta bien o no, necesito exaltar a Dios”
El comentario es interesante y puede ser polémico, pues el mismo demuestra que en cuestión de música cristiana hay tantas opiniones como canciones. ¿Qué crees?
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