”Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado, Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra.
Una de las mayores maravillas de Dios es darnos el privilegio de ser padres. Tomar parte de este milagro, un hijo a quien guiar a lo largo del camino, para que pueda cumplir los propósitos de Dios en su vida. Prov.22:6
Este bello privilegio nos da también responsabilidades que debemos considerar:
Ser un a madre/padre creyente
Conocer en forma personal a Cristo como nuestro Salvador. Ser un padre redimido por Su Gracia y que busque en Cristo el puerto en el cual se renueva nuestra fortaleza espiritual.
Ser una madre/padre consagrado Romanos 12:1
Rendir primeramente mi vida a Dios para que sea Él quién reine y dirija mi vida. De esta manera, podré ser también:
Una madre/padre que eduque: En principios de conducta y morales. En el camino de la vida y sus peligros, en la disciplina con amor:“El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.” Prov. 13:24
Una madre/padre que enseñe : El amor de Dios ( la salvación, Juan 3:16) y el amor a Dios y a Su Palabra ( Salmos 119).
Una madre/padre que escuche : Aprender a tener el tiempo para escuchar a nuestros hijos. Ellos son nuestro especi al tesoro.
Una madre/padre que entregue : Su vida a diario en las manos del Creador en oración y sus caminos para buscar los Suyos a través de la Palabra.
Ser una madre/padre bendecida
“He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud. Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; No será avergonzado cuando hablare con los enemigos en la puerta.” Sl. 127:3-5
Una madre/padre con herencia sl.127:3
Una madre/padre con cosechaEclesiastés 3:1-2 Con el tiempo de cosechar lo plantado en la vida de mis hijos.
Una madre bienaventurada “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada;° Prov. 31:28 a
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