De la mano de Dios…

Si así procedes, tu luz despuntará como la aurora, y al instante llegará tu sanidad; tu justicia te abrirá el camino, y la gloria del Señor te seguirá. Llamarás, y el Señor responderá; pedirás ayuda, y él dirá: "¡Aquí estoy!" » Si desechas el yugo de opresión, el dedo acusador y la lengua maliciosa, si te dedicas a ayudar a los hambrientos y a saciar la necesidad del desvalido, entonces brillará tu luz en las tinieblas, y como el mediodía será tu noche. Isaías 58: 8 – 10

Se nos olvida a diario que somos seres espirituales y nos dejamos llevar por el ámbito natural y perdemos de vista la mano de Dios. Aun así, su mano nunca se desprende de la nuestra, pero el camino es más claro y seguro cuando no nos dejamos amarrar en la natural y vivimos cada paso en lo espiritual y real de Dios.

Es vital que decidamos donde enfocarnos, que vivamos guiados de su mano en todo, que dejemos que lo espiritual se manifieste en cada área de nuestra vida. Es una necesidad que nos demos cuenta que esa oración: Hágase tu voluntad… Venga tu Reino, es una realidad que puede ser palpable en nuestra vida HOY.

Que regalo el que El nos da… Llámame y te responderé; pídeme ayuda, y te diré: "¡Aquí estoy

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